La primavera y el verano son dos estaciones en las que las flores brillan con luz propia. Sus colores destacan más que nunca y alegran hasta los días más calurosos, pero es precisamente el calor el que nos hace un poquito más difícil conservar las flores en verano.
Seguramente ya sabrás que, para mantener flores frescas, hay que estar pendientes de su exposición al sol o de su riego. Pero lograrlo en verano es un poquito más complicado, porque las plantas y las flores requieren mimos extra para soportar bien el calor y la sequedad del ambiente.
Estos son los mejores consejos que podemos darte para cuidar tus flores en verano:
Exposición al sol moderada. El primer tip, y uno de los más importantes, es que vigiles la exposición al sol de tus flores. Es mejor que no sea demasiado directa, al menos durante las horas centrales del día, pero sí que deberían estar en una zona iluminada.
Aliméntalas bien. Con las altas temperaturas, llega también el mejor momento para nutrir a nuestras plantas. El abono te ayudará a conservar tus flores en verano mucho más fácilmente.
Riego diario. Casi todas las plantas y flores necesitan ser regadas a diario, especialmente cuando aprieta el calor. Lo mejor es que las riegues a primera o a última hora del día, para que el agua no se evapore. ¡Y cuidado con el exceso de agua! Si te vas a ir de viaje, deja a alguien de confianza encargado de regar tus flores en vacaciones.
Cuidado con el calor excesivo. Tratándose de flores dentro del hogar, si quieres mantenerlas frescas en verano tendrás que intentar que tu casa tenga una sensación térmica constante, evitando en la medida de lo posible las altas temperaturas. ¡Nuestra recomendación es que coloques las plantas en el rincón más fresco de tu hogar!
Humedad constante. Además de regar las flores en vacaciones, intenta que tu casa mantenga también una humedad constante, y pulveriza un poco de agua en las hojas a menudo.
Limpia las hojas. Cuando pulverices las plantas con agua, retira también el polvo o las impurezas que hayan podido acumularse en las hojas. ¡Siempre con suavidad!
Aléjalas del aire. A las flores les encanta la estabilidad, ¡así que huye de corrientes de aire!